Imperiofobia y leyenda negra
Prólogo de Arcadi Espada
María Elvira Roca Barea
Siruela
Madrid, 2017, 460 págs.
Ana Akejandre
"Imperiofobria y leyenda negra", una obra imprescindible que hace un exhaustivo análisis del término "imperofobia" y dilucida la idea de leyenda negra y sus orígenes e inventores.
Ana Alejandre
En la época actual la fobia contra todo lo que suene a “imperio” se
relaciona siempre con el conservadurismo político y la derecha ideológica, en
una unión absurda que desvirtúa lo que el concepto “imperio” supuso en la
historia de todos los países que se vieron implicados por pertenecer a uno de
los existentes en cada momento histórico o ser cabeza del mismo.
La autora de esta obra, María Elvira Roca Barea –colaboradora del Consejo
superior de Investigaciones Científicas y profesora en Harvard-, intenta
realizar un análisis exhaustivo y riguroso de lo que significa realmente el
término “imperio”, además de dilucidar la idea de leyenda negra –de la que
trató extensa y profundamente, en su momento, Salvador de Madariaga-, y del
término recientemente acuñado de imperiofobia que ha sido creado, difundido y
sostenido especialmente por los representantes de las diversas izquierdas como
arma arrojadiza contra la derecha.
Especialmente, la oportunidad de esta obra de gran éxito -ya va por su
quinta edición-, es la constatación, por parte de la autora, del bajo nivel de
autoestima que tenemos los españoles en la actualidad, aunque viene desde hace
siglos, hacia todo lo que se pueda titular como “español”, fenómeno que no es
habitual en otros países europeos en los que sus ciudadanos se sienten
orgullosos de su país, de su bandera, de su tradición e historia.
Esta obra, pues, es una vía rigurosa para conocer qué son realmente los
imperios y qué tienen de nexo común; además, de saber cuáles son las leyendas
negras que nacen indefectiblemente de cada uno de ellos como algo consustancial
al propio concepto de imperio, y de las que sus creadores son siempre
representantes de determinados poderes locales o de grupos de opinión en el
propio seno de países sometidos a dicho imperio, siempre dominados por las
oligarquías que, a su vez sustentan los grupos mediáticos creadores de opinión
y a los intelectuales que están a su servicio. La leyenda negra no es algo que
surja espontáneamente, sino un concepto, un ideario que está formado y
difundido de forma premeditada y al servicio de ciertos intereses que lo
promueven.
Aunque la escritora le da preponderancia a la historia del imperio
español, también analiza, en sus distintos apartados, los casos de Roma,
Estados Unidos y Rusia, cuyos casos le sirven de contraste y perspectiva para
analizar el caso del Imperio español.
La definición que hace el Diccionario de la RAE de la leyenda negra es que
aquella es la «opinión contra lo español difundida a partir del siglo XVI» y,
también, la «opinión desfavorable y generalizada sobre alguien o algo». Roca
Barea analiza dicho concepto como algo que aún subsiste y no como cosa ya
superada, como afirman otros estudiosos en diferentes obras. Si la leyenda
negra desapareciera, sería necesario volver a reescribir la historia de Europa
de nuevo, afirma la autora. Además, analiza su gran expansión de la llamada
leyenda negra que se difundió a través de las corrientes culturales más importantes
en Europa, como fueron el Humanismo y la Ilustración, pasando desde el
nacionalismo germánico al italiano.
La primera prueba de hispanofobia en Italia surgió durante el desarrollo
del humanismo, a partir del siglo XVI, lo que le concedió a la leyenda negra un
cariz intelectual que conserva todavía y de la que la autora de esta obra
investiga las razones de su perdurabilidad, llegando a la conclusión de que
está siendo utilizada de forma deliberada en la crisis de la deuda, por lo que
parece que este recurso antiespañol le es bastante favorable a muchos países,
algunos muy,cercanos, en los tiempos de crisis económica. La leyenda negra
también tiene connotaciones antisemitas ya que. en la época en la que se
fraguó. a los españoles los acusaban de tener sangre de “marranos”, es decir
mezcla de judíos y españoles.
Después, la l,eyenda negra fue la piedra angular del nacionalismo luterano
y de otras tendencias culturales y religiosas que se propagaron por los Países
Bajos e Inglaterra. También, en el nacionalismo alemán se encuentra un
antisemitismo muy beligerante y un rechazo total hacia todo lo latino que ya
existía en el siglo XV. Pero fue en el siglo XVI, cuando Carlos V y Felipe II,
que usaron el oro y la infantería española para hacerse con el cetro, hicieron
que los príncipes alemanes recelaran del poder real que podía ser un obstáculo
a su independencia, lo que aumentó el sentimiento antiespañol, utilizando a la
religión como excusa, dada la propagación del luteranismo.
El imperio español se vio impotente para frenar los nacionalismos
emergentes del siglo XVI que coadyuvaron al nacimiento del protestantismo y la
propaganda antiespañola. Felipe II no supo reaccionar adecuadamente contra una
rebelión en los Países Bajos, animada por la nobleza local y disfrazada de
guerra religiosa, cuando los intereses que la habían armado eran políticos. El
monarca español se confundió al pensar que la verdad terminaría venciendo y no
supo crear una contrapropaganda eficaz que la contrarrestara.
La autora analiza muchos de los principios en los que se basaba la leyenda
negra española, en cuanto se refiere a la conquista de América. Aduce que el
supuesto genocidio de indígenas no fue tal, ya que se desconocen las verdaderas
cifras de indígenas que existían cuando llegaron los españoles y a estos les
hacían falta los indígenas para construir el Imperio en esas latitudes. Lo que
demuestra el hecho de que los españoles se mezclaron con los indígenas a los
que nunca rechazaron, creando así un extenso mestizaje.
En definitiva, una obra interesante, rigurosa y exhaustiva en la que se
puede encontrar la afirmación de que las leyendas negras acompañan a todo
imperio, fenómeno que se repite en la actualidad en el caso de los Estados
Unidos y su propia leyenda negra, por la acusación que reciben de su política
expansionista, aunque sea meramente económica y no territorial.
Obra muy interesante y recomendable para los amantes de la historia,
especialmente de la española, que ayuda a comprender muchos de los enigmas de
nuestro pasado y el origen de la leyenda negra que aún parece acompañarnos, a
pesar de que el Imperio español ya no existe, pero que ha quedado como un
residuo permanente en el imaginario de los españoles y de otros países que lo
utilizan cuando conviene a sus intereses y a sus propias políticas.