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Vaciado de los cuerpos de las víctimas de la erupción del Vesubio |
Las
obras de restauración de esta mítica ciudad que fue cubierta por las cenizas
del volcán Vesubio en el año 79 d.C., se iniciaron en el mes de febrero de este
año, por el mal estado que presentaba este yacimiento arqueológico que fue declarada por la Unesco Patrimonio de la
Humanidad, y cuyo deterioro fue denunciado en varias ocasiones.
La primera fase de estos trabajos de
restauración tendrán como objetivo la Casa de los Dioscuros y el Criptopórtico,
con un presupuesto de 1,4 millones de euros para la primera, a fin de construir
una cubierta que proteja los frescos que hay en su interior; mientras que en el
caso del Criptopórtico los trabajos tendrán como finalidad el fortalecimiento del
muro y la construcción de una pasarela. Todos estos trabajos tienen un
presupuesto de 105 millones de euros, de los que el Fondo Europeo de Desarrollo
Regional (FEDER) pondrá 41,6 millones.
Pompeya, ciudad de Campania, situada en el sur de Italia a
pocos kilómetros del monte Vesubio, entre Herculano y Stabias (actual
Castellammare di Stabia), fue fundada hacia el 600 a.C. por los oscos, y
conquistada posteriormente por los samnitas. Durante la dictadura de Lucio
Cornelio Sila se convirtió en colonia romana en el año 80 a.C. Pasó a ser el
lugar predilecto de los romanos más acaudalados, llegando a alcanzar una
población entre 20.000 a 25.000 habitantes, en los albores de la era cristiana.
En el año 63 d.C. un terremoto la
destruyó parcialmente, para ser sepultada completamente bajo las cenizas del
volcán Vesubio, en el año 79 d.C., junto a las ciudades vecinas de Herculano y
Stabias.
Aunque
los trabajos de restauración han comenzado hace unos meses, aún queda una
cuarta parte de la ciudad por excavar, y la mayoría de esa zona está aún
sepultada por toda la tierra que ha sido removida durante las excavaciones
anteriores. Todo ello promete que en el futuro se conseguirán nuevos e
importantes descubrimientos en dicha zona aún por excavar.
Las críticas que se
produjeron por el abandono de los restos arqueológicos de Pompeya, además de los robos que han sufrido,, además de la
perniciosa presencia en esa zona de la
mafia napolitana, la Camorra, que ha sido acusada de tener intereses en la misma
zona.
Los destrozos que ya tenía dichos
restos arqueológicos se vieron incrementados por las fuertes lluvias que sufrió
la zona durante los años 2010 y 2011 y que produjeron, entre otros deterioros,
la caída del enclave arqueológico de la Casa de los Gladiadores.
Por ese motivo, en febrero de este
año, la Comisión Europea y el Gobierno italiano tomaron la decisión de realizar
estas obras de restauración con las que intentan que recobre la ciudad de
Pompeya su mejor imagen que había perdido por las continuas críticas que
realizaban los expertos, a fin de aumentar su interés turístico y, por tanto,
el número de visitantes y que los correspondientes ingresos que recaba dicha
zona se vean también engrosados.
La restauración de Pompeya llega en
medio de la polémica suscitada por el estado de conservación de otros
importantes monumentos italianos, como el del Coliseo, donde se han producido
diversos desprendimientos de su fachada externa.
Entre los descubrimientos más
importantes realizados en el enclave arqueológico de Pompeya se cuenta el
estado de conservación extraordinario de los objetos encontrados, ya que la
lluvia de cenizas húmedas que produjo la erupción del Vesubio produjo un sello
hermético sobre la ciudad, lo que motivó la extraordinaria conservación que
presentan las diferentes estructuras viarias, templos, tiendas, termas y las
viviendas particulares. A todo ello se unió el descubrimiento de más de 2.000
víctimas, entre los que se contaban varios gladiadores que aparecieron
encadenados para que no se escaparan. Las cenizas, mezcladas con la lluvia,
cubrieron los cuerpos y, una vez desaparecidos estos, conservaron en su oquedad
la forma de los mismos, por lo que los investigadores rellenaron los milenarios
moldes con escayola líquida y eso ha permitido recobrar la forma que tuvieron
los cuerpos de los desdichados en el momento de su muerte. Algunas de estas
figuras se conservan en el museo construido en la actual ciudad de Pompeya,
cerca de Porta Marina, una de los ocho puertas que tenía la ciudad. Se sabe que
la mayoría de los habitantes escaparon del desastre, llevándose consigo sus
pertenencias personales.
Todos los edificios, vías públicas y
objetos de toda índole que se han hallado en Pompeya, forman un muestrario
magnífico, real y auténtico de la vida en una ciudad italiana en el siglo I.
d.C. Los distintos edificios rescatados de las cenizas, que representan una
sabia transición desde el estilo griego puro a las técnicas de construcción del
Imperio romano, han sido de gran utilidad para el estudio de los sistemas de
construcción de la arquitectura romana y todo el conjunto de las ruinas de
Pompeya han sido declarado Patrimonio cultural de la Humanidad en 1997.